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En una construcción moderna, el uso de materiales acústicos es fundamental para el buen funcionamiento de los espacios. Generalmente se realizan actividades que generan ruidos (o sonidos, según la sensibilidad auditiva de las personas) que deben ser absorbidos de manera adecuada para evitar reflexión excesiva.

A partir de especificaciones ambientales, se deben escoger los materiales necesarios para determinar un valor particular de absorción. Para cerrar un ciclo acústico ideal se debe analizar globalmente el resultado deseado. En este instante debemos clasificar los elementos que proporcionarán la acusticidad referida, tales como: pisos, revestimientos de muros y ventanas, mobiliario, vegetación, sistemas de oficina abierta y sobre todo, el cielo raso.

El ruido ambiental es el ruido asociado a un ambiente determinado y suele estar compuesto de sonidos de muchas fuentes, próximas y lejanas. Por ejemplo, supongamos que no hay tráfico en una calle y no hay fuentes de ruido significativas en un lugar determinado. Entonces, el ruido ambiental en este lugar es penetrante, lo impregna todo (es un compuesto de muchas fuentes de ruido),  llega allí desde varias direcciones.

Control del ruido no es lo mismo que reducción del ruido. Es un problema específico, la magnitud de la reducción del ruido que sea preciso lograr para obtener resultados aceptables puede alcanzarse simplemente mediante la aplicación de las distintas técnicas de control del ruido. Pero este procedimiento puede ser innecesariamente caro y derrochador y puede dar como resultado una innecesaria interferencia con las operaciones normales. Hay que analizar el problema sistemáticamente para determinar qué condiciones aceptables pueden lograrse de manera más económica.

Algunas áreas de las construcciones son más ruidosas que otras, como por ejemplo, los baños.

Para reducir los ruidos en los espacios adyacentes, puede colocarse un revestimiento de aislamiento en fibra de vidrio tipo Frescasa y/o Acustifibra, entre las paredes compartidas con lo cual podrá reducir el ruido no deseado. Los techos que están aislados con fibra de vidrio reducen los ruidos indeseables, como son los ruidos de tráfico o bien el ladrido de los perros.

Con la resolución 0627 de 2006 se busca determinar las normas ambientales mínimas y las regulaciones de carácter general aplicables a todas las actividades que puedan producir de manera directa o indirecta daños ambientales y dictar regulaciones de carácter general para controlar y reducir la contaminación atmosférica en el territorio nacional.

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